Símbolo de la tentación, crece en el Paraíso cubierto de frutos del
bien y del mal. Cuando Adán sucumbió a la tentación de Eva, desafió la voluntad
de Dios, lo cual significaba la pérdida de su inocencia y la condena de la
humanidad. En esta pintura española, Eva culpa a la serpiente como símbolo del
mal.
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